Sunday, May 5, 2013

Hay sensaciones que muchas palabras no pueden describir;


¿Habrá mejor momento que el cerrar un telón?
Cuando los aplausos se funden, cuando los flashes desaparecen, cuando la tensión se libera, los micros se apagan y las voces gritan satisfacción, cuando las respiraciones marcan el pulso de tu corazón, la alegría de tu cuerpo. Bloqueos. Cuando intentas que vaya bien, cuando te centras, cuando te agobias, cuando te tensas, cuando estas pendiente de un publico frente a ti, de la impresión que darás del sentimiento que transmitas, todo esto sucede mientras la obra esta en su curso después cesa, se borra de tu mente y difícilmente te paras a pensar en ese momento, el resultado es siempre lo que todos recuerdan ¿no?.
Es tan fácil caer al final como básico tropezar al entrar a escena, la actitud del interprete es lo que marca si es un fallo o si  estaba incluido en la obra.  
Somos el resultado de continuas entradas a escena, de continuos retoques en el camerino más cercano, de partituras sin aprender: improvisaciones,de cambios de última hora que intentamos que pasen desapercibidos para que nuestros espectadores, tanto los que nos han venido a ver caer como los que quieren que brillemos en nuestro espectáculo, no los noten; la esencia nunca puede fallar, las sensaciones nos acompañan en el escenario.